Terremoto 15 de agosto de 2007
ISMO DE PISCO
Ubicación
El terremoto del 15 de agosto de 2007, como se ha visto, se ha producido en una zona altamente sísmica, a 60 kilómetros al oeste de la ciudad de Pisco y a una profundidad de 40 kilómetros debajo de la superficie del mar, lo que dio lugar a un maremoto de relativa intensidad. El movimiento telúrico tuvo su origen en la superficie de la placa de Nazca, cuyo fenómeno de subducción en la placa
En el área geográfica del sismo, los mayores daños fueron en las provincias de Chincha, Pisco e Ica del departamento de Ica; en las provincias de Yauyos y Cañete del departamento de Lima y en las provincias de Castrovirreyna y Huaytará en el departamento de Huancavelica. El total de familias a las cuales hubo que darles de inmediato techo, comida y abrigo superó las 90 mil, esto es,
aproximadamente 450 mil personas.
Descripción del sismo
El terremoto tuvo como particularidad la gran duración del proceso de ruptura o liberación de energía, aproximadamente 210 segundos, lapso en el que se produjeron, en un eje de cerca de 150 kilómetros paralelo a la costa (entre Chilca y Pisco), dos importantes fracturas: la primera liberó gran fuerza destructiva y se prolongó por cerca de sesenta segundos; luego de un
descenso entre 20 a 30 segundos, ocurrió la segunda ruptura que desencadenó un sismo de aún mayor magnitud.
Daños a las personas
Lamentablemente, como consecuencia de este sismo, 596 personas fallecieron. Los heridos graves, más de 1294, fueron evacuados oportunamente hacia hospitales de Lima lográndose salvarles la vida a casi todos.
La hora en que ocurrió fue un factor importante que redujo la pérdida de vidas humanas (18:41 horas.), pues pese a la intensidad de los daños, el hecho de que la mayoría de las personas estuvieran en tránsito a sus hogares o aprestándose a tomar sus alimentos, les permitió reaccionar rápidamente para buscar lugares seguros.
La cuarta parte de los occisos se encontraban en una ceremonia religiosa en la Iglesia de San Clemente de Pisco.Se inició con dificultad la recolección de información, pues en los primeros momentos las comunicaciones con la zona se interrumpieron. La conexión por Internet se mantuvo y eso permitió acceder a información sobre el sismo, como la del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), aunque inicialmente imprecisa.
A medida que se conocía con mayor detalle la intensidad del evento, fue necesaria la Declaratoria de Estado de Emergencia.
Se incrementaban, de otro lado, las cifras de muertos y heridos; de unas decenas al inicio, a las 24 horas de ocurrido ya se informaba de más de 500 muertos; de ellos 148 personas fallecieron, como se ha dicho, en la Iglesia San Clemente, al desplomarse el techo. Cabe resaltar el milagro de haber rescatado con vida al sacerdote oficiante José Torres y a un bebé de 10 meses, al retirar
los escombros, 24 horas después. El personal movilizado desde Lima encontró dificultades de acceso por la destrucción de dos puentes, cuatro afectados y varios tramos de la carretera interrumpidos; sin embargo, se mantuvieron operativos el puerto y el aeropuerto de Pisco, este último con capacidad de recibir vuelos de aeronaves de gran tonelaje, a través de los cuales se pudo trasladar grandes volúmenes de ayuda humanitaria desde las primeras horas de ocurrido el sismo.
Paralelamente a esta intensa actividad, se dispuso que los Almacenes Adelantados que el INDECI mantiene a lo largo del territorio nacional, abastecieran las necesidades de la población; pero el stock que tenían, si bien se encontraba completo, fue insuficiente por el número de damnificados atendidos.
En esta ocasión, como en eventos anteriores, se manifestó la reacción diferenciada entre los damnificados de la Costa y de la Sierra. Mientras que los primeros esperaban que les llegue la ayuda en alimentos, abrigo y techo; los de la Sierra solicitaban principalmente herramientas manuales para empezar inmediatamente a reconstruir, sobre todo sus canales de regadío colapsados, utilizando el tradicional trabajo comunal y de ayuda mutua. En general, se puede afirmar que las localidades que contaban con una buena organización vecinal pudieron responder mejor a la emergencia.
En el plano operativo los comités de Defensa Civil locales los comités no estaban constituidos o, en los casos en que funcionaban, no habían realizado acciones de prevención concretas y adicionalmente muchos de sus miembros eran también damnificados. No contaban con planes de operaciones de emergencia, ni de contingencia y tampoco con presupuesto para atenderlos, asumiendo el INDECI responsabilidades que por Ley les competía a los Gobiernos Locales; a ello se agregó la dificultad que ocasionó el corte de las comunicaciones, terrestres y telefónicas.